Espero que algún día logren pololear con un zorrón
domingo, 17 de junio de 2012
jueves, 14 de junio de 2012
Perros, símbolos de estatus
Que las personas uses a sus perros como símbolos de estatus no es nada nuevo y tampoco se trata de algo exclusivo de Chile, al contrario, ya en las cortes reales todos deseaban tener la misma raza de perro que el rey o la reina.
En nuestro país los perros de raza eran muy exclusivos hasta la primera mitad del siglo XX, sólo eran adquiridos por criadores y la clase alta. Fue a partir de los 70' y 80' que comenzó la masificación del perro como cosa y fue el poodle el perro símbolo del proceso.
La llegada de dictadura no sólo nos entrego nuevos bienes de consumo sino que introdujo a los perros a un mercado masivo. Lo más probable es que la esposa de un general del ejercito o de carabineros viera en la casa de una cuica, que la invito por compromiso, a su poodle pequeño y blanco, como no quería ser menos que la tradicional clase alta chilena exigió a su marido tener el mismo perro. Pero al igual que la gente cuica los perros cuicos practican la endogamia y a diferencia de sus iguales de clase alta que se apareaban con el perro de raza e impecable pedigrí de la prima o la amiga de su dueño, al pobre poodle de la arribista no le quedo otra que meterse con el quiltro de la esquina. Las crías obviamente fueron regaladas a otras familias de pacos y milicos para comenzar el poblamiento de los poodles de medio pelo.
Cuando los cuicos descubrieron que hasta su nana tenia un poodle como el de ellos abandonaron su gusto por esta raza y renegaron de ella, hoy en día buscan razas exóticas y los más hipster reivindican al quiltro.
¿Donde podemos encontrar a los poodles ahora? En las comunas más populares de Chile, en Santiago en Maipú, La Cisterna, Peñalolén, San Miguel, en regiones se concentran en la región de Coquimbo y la región del Maule. Y por supuesto, sigue siendo la raza favorita de militares y carabineros
¿Que nombres llevan? De preferencia uno en ingles y terminado en Y, como Jimy, Boby, Tomy, Lily o Tamy, últimamente se ha puesto de moda llamar a las hembras con nombres de mujer usados por la clase alta, como Dominga, Colomba o Agustina.
Poodle patriota
Los cortes de pelo muy fifi ya no se lleva, ahora se usan
los pinches y el polar
comen poco, son baratos y chillan
sábado, 2 de junio de 2012
Nota de The Clinic, por Lorena Penjean y Tania Tamayo
EN LA GRAN AVENIDA, ESTAMOS A UN PASO DE LA KENNEDY
Paulina Santis tiene veintiocho años, es madre de José Pablo y sufre por vivir en la Gran Avenida. No le gusta su comuna, la encuentra rasca, por eso pasa la mitad de su vida en Las Condes: la ropa la compra en el Parque Arauco y la mercadería para el mes en el Jumbo. En esos lugares se siente mejor, aunque recalca que su casa en Gran Avenida es “preciosa”. “Yo voy p’ arriba porque en mi barrio los centros comerciales son una lata. Hay un caracol donde venden ropa barata, pero te juro que me da alergia cuando entro ahí. No es de arribista, pero no falta el lanza que te roba la cartera o el roto que te grita m´ijita rica. En mi sector todos compramos en el Parque Arauco”. Paulina prefiere gastar bencina antes que “mirar picantes”. “Si uno va en auto puede tomar la carretera y de ahí a la avenida Kennedy estamos a un paso. Figúrate que voy prácticamente todos los días para allá y lo tendré que seguir haciendo hasta que me cambie de casa. Ahora ando viendo en qué colegio matriculo a José Pablo. Parece que me voy a quedar con el Saint George, aunque tenga que gastar todos mis ahorros. La educación es lo más importante que le puedo dejar a mi niño”.
Si bien sueña con vivir en el barrio alto, por lo pronto se consuela con su enorme casa y con ocupar los muebles “nuevos” que tiene, además del aire acondicionado en verano y la losa radiante en invierno. Ella no quiere que olvidemos escribir que su casa tiene alarma y un par de Rotweiler, porque “vivir acá es como un oasis: un poco más allá está La Victoria y para el otro lado, más para La Cisterna, está El Bosque. Hay que cuidarse de los ladrones que vienen de esos sectores. La seguridad es muy importante”. “Mira, igual hay buenos lugares acá, mi mamá se va a divertir al Club San Miguel y yo antes iba al Bowling del paradero 7, aunque ahora no hay muchos lugares donde vaya gente de bien”.
*Publicado por The Clinic el 23 de Octubre de 2011, escrito por Lorena Penjean y Tania Tamayo
viernes, 1 de junio de 2012
El colegio arribista
En Chile lo
primero que te preguntan es “¿En que colegio estudiaste?”, por lo mismo, el
arribista chileno sabe que su hijo debe ir al colegio adecuado. Los arribistas
más exitosos son capaces de vender a su mamá con tal de que sus retoños gocen
de la vida social que les puede entregar un colegio como el Grange, el VMA, el
Saint George, etc.
Los
arribistas con menos roce social o menos plata se conforman con colegios
creados especialmente para los de su especie, donde recrean la vida social del
cuico a mayor escala y con menos plata en sus comunas.
Requisitos
de un buen colegio arribista:
- El nombre: De preferencia religioso o ingles, si es religioso e ingles
mejor, así surgen nombres como Saint
Dominic, Saint Rose, Saint Mary Katherine.
Los más clásicos y antiguos tratan de emular a los colegios de curas y
de monjas del barrio alto, son estrictos, muy católicos y particulares
subvencionados. Estos son los menos arribistas del montón.
Los católicos con nombre ingles donde no enseñan ingles son más nuevos,
les gusta hablar de la rigurosidad inglesa, de exigencia académica y a los
apoderados les encanta decir que sus hijos estudian en un “colegio ingles”. Podemos
destacar en este grupo al American-British school en La Florida, famoso por albergar
a los hijos de la geisha y que no se podía conformar con un solo tipo de
ingles.
Últimamente surgen opciones laicas, colegios como Pumahue en Peñalolén o
el colegio Internacional El Alba en Maipú (que se jacta de tener excelentes
resultados en la PSU echando al 90% de sus alumnos) que son una alternativa para la nueva clase
media que busca entre sus pares reafirmar su recién adquirida posición social.
- El uniforme: Para los hombres es más básico,
pero debe incluir la mayor cantidad de accesorios y siempre con la insignia del
colegio. Para las mujeres la cosa es mucho más complicada, las pobre son
disfrazadas con ridículas faldas plisadas, corbatines, boinas y en los casos
más extremos hasta guantes, mientras más incomodo y feo mejor.
- Los apoderados: En todo colegio arribista que se
precie de tal los apoderados cumplen un rol fundamental dentro de las
relaciones sociales. Los más comprometidos con el ascenso social saben
perfectamente quien es quien, donde van de vacaciones, hasta que marcas compran
en las casas, así evitan que sus hijos se junten con el becado e incentivan a
que sean amigos del que tiene un tío empresario que vive en Las Condes.
- Las actividades extra programáticas: El clásico colegio arribista tiene que tener
cheerleader, a los apoderados les encanta pagar por ver a sus niños saltando al
son de canciones que no entienden. El patinaje es uno de los favoritos, las
mallas con lentejuelas gustan al siútico. Últimamente los más avanzados han
hecho lo posible por incorporar el rugby entre sus opciones.
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